Por: Orlando Valenzuela.
Fauna excéntrica abundante y variada vegetación hacen de este lugar que perteneció a Rafaela Herrera, el sitio perfecto para una escapada de fin de semana.
Nunca antes se habían conjugado tanto la vida salvaje, con la historia y el confort en medio del verdor de la naturaleza, como ocurre en la finca Los Malacos, ubicada a solo 6 kilómetros de la ciudad colonial de Granada.
En su hábitat natural, 8 salvajes cocodrilos y 3 cuajipales adultos chapotean en el lodo del humedal, 9 monos araña saltan de rama en rama y sin temor se acercan a los visitantes, 11 venados comen tranquilos dentro de un cerco de protección y decenas de patos y gansos nadan sobre las mansas aguas de una laguna artificial sin inmutarse ante la presencia de los enamorados, que pasean en botes de remos por los canales que serpentean bajo murallas verdes que llevan al encuentro con las aguas del Gran Lago de Nicaragua o Cocibolca.
La historia la representa la colonial Hacienda Los Malacos, la misma que la corona española le concedió a la heroína Rafaela Herrera por su valentía en la batalla por la defensa del Castillo de la Inmaculada Concepción, en Río San Juan, a mediados del siglo XVIII.
El confort lo disfrutan los que se quedan a dormir en sus ecológicas habitaciones construidas de bambú dentro de la finca y saborean su deliciosa comida en el restaurante de una auténtica joya colonial: la casa hacienda.
Aquí, además de historia y naturaleza, el visitante puede divertirse recorriendo los senderos montado en caballo, en coches, en bicicleta o a pie, para saborear las frutas de temporada, como mangos, naranjas, icacos, cocos, jocotes. También se puede pescar una fresca tilapia en las piletas de reproducción para que le preparen un buen almuerzo. O navegar sin brújula en los botes de remos, bien acompañado.
“Esta es una experiencia fundamentalmente humana, donde cada quien encuentra su propio espacio, cada persona se identifica con la palmera, un ave, con la brisa de los árboles, con el lenguaje de la naturaleza misma y eso no se encuentra en cualquier lugar, es una experiencia que se transforma en parte memorable de la vida de todo el que viene”, dice José Antonio Alvarado, propietario de este bonito destino turístico.
Source: El Nuevo Diario de Nicaragua